Oigo avionetas

Cuando oigo avionetas sobrevolar mi cabeza recuerdo los veranos en Torredembarra. Pasaban con  la propaganda colgada en una lona que se movía a toda velocidad. También lanzaban cosas. Nosotros íbamos al agua como locos para conseguir alguna de las pelotas de plástico. A muchas otras se las llevaba el viento, nunca supimos a dónde. Recuerdo cómo una colchoneta hinchable nos salvaba de morir por el ataque de un tiburón. ¡Qué buenos estaban los helados que nos vendía aquel señor y que sacaba de una nevera que parecía contener tantas cosas! ¡Cómo quemaba el sol en nuestra piel! ¡Cómo al hacer churros en la arena los bichos descubiertos huían despavoridos! Entonces te recuerdo a tí. Te recuerdo salir del agua. Me abrazaste más fuerte que nunca. Tu expresión estaba desencajada. Puedo tocar con los dedos cada sensación abstracta. Recuerdo los veranos en Torredembarra. Las lágrimas confundidas en tu cara.